CASA TOMADA, otro final posible...
Irene y yo cada vez sentíamos más ruidos, pero sé que algo andaba mal. Cada vez me estaba volviendo más loco, yo creo que era debido al encierro. Irene estaba muy sospechosa, ya casi no hablábamos y eso me preocupaba bastante, pero sabía que ella tramaba algo, losé, lo veía en sus ojos.
A la mañana siguiente me despierto, miro a Irene y estaba cubierta de sangre, pensé que era mi locura pero no, ella se quiso quitar la vida y no lo logró. Yo no entendía nada. Ella se me acercó y después de tanto silencio decidió hablarme. Me dijo que los que habían tomado la casa eran espíritus. En ella había fallecido una familia muy extraña, los espíritus eran de ellos. Querían quedarse con la casa y que nosotros nos fuéramos, de lo contrario nos matarían. Pasaron horas, días, pero Irene y yo sin duda alguna no nos iríamos de aquí.
Los espíritus, cerraban puertas, abrían ventanas, hablaban con voz grave, pero aun así no nos iríamos, aunque yo me volvía cada vez más loco. A Irene esto le asustaba.
En un momento, sentí un ruido muy fuerte en la cocina, fui corriendo y no había nadie, pero cuando me di vuelta vi a una mujer muerta, queriéndome ahorcar, en cuanto agarré un cuchillo y se lo clavé en el pecho, la sangre que salía era negra, a mí me asustaba pero los cuchillazos eran unos tras otros, así ella no me molestaba más.
No sé por qué me desvanecí y me desperté al otro día, estaba todo lleno de sangre y el cuchillo con el que había matado a esa mujer estaba a mi lado. Me parecía extraño no ver ni escuchar a Irene, pero ahí estaba, tirada en el piso con cuchillazos en el pecho, lo sé, me volví loco, la maté a ella pensando que era otra mujer. Irene cuando estaba detrás de mí en la cocina vino a avisarme que ya todo había pasado, que ella volvería a su tejido y que yo podría seguir yendo a la biblioteca como siempre, pero mi locura pero mi locura y yo arruinamos todo, los espíritus lograron lo que querían, volverme loco y mataron a Irene. Así consiguieron quedarse con su casa. Yo no aguantaba la culpa, tomé una soga y me colgué, sí, me maté, pero hoy puedo decir que estoy feliz junto a Irene de nuevo, solamente que ahora estamos en paz.
Pravata Brenda
4º4º
Irene y yo cada vez sentíamos más ruidos, pero sé que algo andaba mal. Cada vez me estaba volviendo más loco, yo creo que era debido al encierro. Irene estaba muy sospechosa, ya casi no hablábamos y eso me preocupaba bastante, pero sabía que ella tramaba algo, losé, lo veía en sus ojos.
A la mañana siguiente me despierto, miro a Irene y estaba cubierta de sangre, pensé que era mi locura pero no, ella se quiso quitar la vida y no lo logró. Yo no entendía nada. Ella se me acercó y después de tanto silencio decidió hablarme. Me dijo que los que habían tomado la casa eran espíritus. En ella había fallecido una familia muy extraña, los espíritus eran de ellos. Querían quedarse con la casa y que nosotros nos fuéramos, de lo contrario nos matarían. Pasaron horas, días, pero Irene y yo sin duda alguna no nos iríamos de aquí.
Los espíritus, cerraban puertas, abrían ventanas, hablaban con voz grave, pero aun así no nos iríamos, aunque yo me volvía cada vez más loco. A Irene esto le asustaba.
En un momento, sentí un ruido muy fuerte en la cocina, fui corriendo y no había nadie, pero cuando me di vuelta vi a una mujer muerta, queriéndome ahorcar, en cuanto agarré un cuchillo y se lo clavé en el pecho, la sangre que salía era negra, a mí me asustaba pero los cuchillazos eran unos tras otros, así ella no me molestaba más.
No sé por qué me desvanecí y me desperté al otro día, estaba todo lleno de sangre y el cuchillo con el que había matado a esa mujer estaba a mi lado. Me parecía extraño no ver ni escuchar a Irene, pero ahí estaba, tirada en el piso con cuchillazos en el pecho, lo sé, me volví loco, la maté a ella pensando que era otra mujer. Irene cuando estaba detrás de mí en la cocina vino a avisarme que ya todo había pasado, que ella volvería a su tejido y que yo podría seguir yendo a la biblioteca como siempre, pero mi locura pero mi locura y yo arruinamos todo, los espíritus lograron lo que querían, volverme loco y mataron a Irene. Así consiguieron quedarse con su casa. Yo no aguantaba la culpa, tomé una soga y me colgué, sí, me maté, pero hoy puedo decir que estoy feliz junto a Irene de nuevo, solamente que ahora estamos en paz.
Pravata Brenda
4º4º
Adaptación sobre el Final del cuento "CASA TOMADA" DE JULIO CORTÁZAR
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