Había una vez una chica sonriente que no sabía lo que era el engaño, las mentiras de amor, llorar por un chico y lo que menos sabía era amar.
Hasta que un día apareció un muchacho que no tenía ni idea que ella existía pero sin querer le robó el corazón y eso no se pudo evitar.
La chica estaba tan enamorada que lo único que sabía decir era que lo amaba con toda su alma.
Pasó el tiempo y los cometarios empezaron a circular y el que menos tenía que saberse es que más se supo. Él se dejó llevar por los comentarios que decían de ella y empezó a tratarla mal. La chica no sabía por qué hasta que se enteró y quiso decirle que era todo mentira pero no pudo.
Nunca se pudieron decir de frente las cosas como eran, pero ella seguía con esperanzas que un día ocurriría.
Al tiempo, las amigas le empezaron a comentar que el estaba interesado en el, pero la muchacha no quería creerlo hasta que no lo escuchara de a él.
Se había quedado sin esperanzas, pero su corazón aún las tenía, mientras le tenía bronca su corazón lo seguía amando y cada vez más, pero a la vez estaba dolido y al finalizar e día para lo único que le quedaba fuerzas era para llorar. En los días sucesivos trataba de evitarlo no podía porque quienes lloraban eran su corazón y su alma.
Para el corazón existe una llavecita muy especial que no es de oro ni de plata, es de cristal y sólo la puede encontrar el verdadero amor. Al corazón de la niña ya le encontraron su llave , ella siempre decía que uno no elige de quién se va enamorar ni a quien se va a amar, que hay que dejar actuar al corazón porque solo él sabe como actuar.
Ella ya no tiene razón para vivir, pero asegura que algún día no muy lejano la va a recuperar. De él no espera nada pero de otra persona sí, porque lo último que muere en una persona son las esperanzas y la Fe.
Sólo le queda entregar lo que le dejó su vivencia, el dolor y las lágrimas que tantas veces derramó por él y un adiós, un hasta siempre, aunque duela y sepa que de él nunca se va a olvidar.
Ella dejó escrito en un papel esta frase: “Permítete enamorarte, amar, soñar, ilusionarte pero nunca permitas que te hagan daño, ni te maten de a poco, aunque sea con una palabra que sepas que te va a lastimar.”
Por MAZZA NAHIR ( Participa en el concurso literario 2011 de la SADE)
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