lunes, 24 de junio de 2013

LA HABITACIÓN 306 por Camila Viñolo ( 2º año 4º div.)


        Un día de semana, en unos de los bares más conocidos del pueblo de Londres, llegó un muchacho misterioso, de largo cabello color negro y ojos intimidantes, como si escondiera algún secreto. Se llamaba Hitler y tenía un propósito, era descubrir el misterio de ese pueblo.
         Se decía que en un pequeño hotel de Londres a la madrugada de los sábados, se escuchaban susurros, pasos, puertas que se abrían y cerraban fuertemente y un brusco viento en la habitación 306.
         Esa  misma noche en el bar, mientras pensaba su misión, se le acercaron dos chicas, dándole una recomendación, que no se quedara a dormir en el Hotel Harrinson. Pero Hitler les dijo que no se iba a ir del pueblo parta saber que era lo que ocurría en la habitación 306.
          Llegó al hotel y pidió el cuarto misterioso, ese momento, el conserje le preguntó si estaba de acuerdo y si no quería otra habitación. Hitler  le dijo que no, que le diera la llave.
           Llegó a la habitación dejó las maletas, en ese instante, cuando se acostó sobre su cama, escuchó unos fuertes ruidos y pasos en el baño. Cuidadosamente fue hasta allí, pero no encontró nada más que el baño sucio, húmedo y antiguo.  Decidió ir a dormir para relajarse, pero se dio cuenta que iba a ser una noche larga.
           Pasada las tres de la mañana, un susurro suave y espantoso lo sorprendió, el crujido  de las ventanas lo despertó, abrió los ojos y asustado salió de la habitación, sin sus maletas, alocado y corriendo con un fuerte dolor de cabeza confundido por la situación. 
Desde ese 31 de agosto, descubrió que en todas partes se esconden esos misterios, en realidad los ruidos que escuchaba resultaban ser del viento.
PROFESORA JUDIT QUIROGA, CUENTO REALISTA.

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