En el mundo que hoy día nos rodea todos creemos estar dispuestos a criticar, a decir lo que se piensa sin medida alguna y a censurar al prójimo sin pensar en los actos propios. Cuantas veces se critica una acción que realizó a alguien en una situación, pero cuando es a uno al que le toca, dicha situación, reacciona de una manera totalmente diferente. Una antigua frase dice: “has lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Hay momentos en los que uno cree estar haciendo una “critica constructiva”, sin medir las palabras y provocando totalmente lo contrario.
Considero que tal vez si pensáramos en nuestras palabras antes de decirlas y si intentáramos pensar el porqué, de lo que el prójimo este o no haciendo, no tendríamos la necesidad de criticar.
Alguien dijo alguna vez: “No hables si tus palabras no son mejores que el silencio”. Será hora de detenerse a pensar si realmente las veces que criticamos a alguien, era necesario y habrá que medir nuestras palabras desde hoy, porque el mundo gira y todo vuelve.
JIMÉNEZ ANALÍA BELÉN
Considero que tal vez si pensáramos en nuestras palabras antes de decirlas y si intentáramos pensar el porqué, de lo que el prójimo este o no haciendo, no tendríamos la necesidad de criticar.
Alguien dijo alguna vez: “No hables si tus palabras no son mejores que el silencio”. Será hora de detenerse a pensar si realmente las veces que criticamos a alguien, era necesario y habrá que medir nuestras palabras desde hoy, porque el mundo gira y todo vuelve.
JIMÉNEZ ANALÍA BELÉN
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