Hace muchos años una chica llamada María soñaba con ser bailarina, pero ella era muy pobre para pagar ese profesorado, su madre estaba enferma y María sólo trabajaba para pagarle los remedios.
Su vida era una miseria y no daba más. Un día estando en su casa su madre se enfermó mucho más, tuvo que llamar a una ambulancia. Estuvo todos los días en el hospital, hasta que su madre falleció y le dejó una frase: “ No bajes los brazos, ahora has tus sueños realidad”.
María lloró varios días y no bajó los brazos. Trabajó para sus estudios y lo que más le gustaba era bailar. Pasaron días, meses y años, y terminó con la esperanza de que pudiera bailar en algún teatro.
Un día estaba ensayando y alguien más la vio, una persona que la llevaría a lo más alto.
En el teatro ensayó, no lo podía creer, sus sueños se hicieron realidad. Todos vieron su pasión por la danza.
Todo el público lloró por esa chica que no conocían, esa chica q quien le costó llegar a esa profesión y que tuvo muchos obstáculos.
Ella cumplió todo lo que más quería, pero solo necesitaba a alguien más, una persona que le diera fuerza, para luchar por su sueño, esa persona que le enseñó lo bello de la vida, SU MADRE.
Rojas Janet
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