Cenemos con un clavel blanco junto a la mesa,
un jazmín rosado en tu cabeza
adornando todo tu cuerpo,
como si fuera necesario aumentar tu belleza.
Paremos por un segundo ,
solo una tregua entre toda esta guerra,
tal vez una gran reflexión,
o solo pensemos: cómo, dónde y cuándo paso.
Los recuerdos más hermosos vuelven a mi mente,
no pienso nada indecente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario