Érase una
vez un Dios que había tenido una visión en la cual un niño nacería y sería un
Dios. Unos días después Heiraz, Diosa de las plantas, tuvo un hijo con Fonox el Dios de los Sonidos. Ese niño
obtendría el nombre de Kratos.
Pasaron dieciocho años, Kratos creció con la idea de
recorrer el mundo con su amigo Kibto y luchar contra el mal.
Sus padres lo
entendieron y Kratos siguió su camino. Bajó a las montañas a donde estaba la
cantimplora que encerraba a Eliós, el Dios
que tenía el poder de imitar los demás poderes.
La
cantimplora estaba bajo el cuidado de los peones de Zeus y empezó a temblar
hasta que explotó dejando libre a Eliós, quien acabó con los peones y fue al
Olimpo. Allí se encontró con los demás Dioses y los retó a una batalla, pero
ninguno pudo contra él, todos los Dioses fueron esclavizados.
Después de
dos años y medio Kratos volvió con su amigo Kioto y fueron a ver a su padre y
les dijeron que estaba muy enfermo. Kratos le preguntó a su padre qué había
pasado con el Olimpo y por qué estaban
esclavizados todos los Dioses, fue así que enteró de la terrible historia Eliós .
Entonces, su padre le dio una espada que contenía todos
los poderes de los Dioses para enfrentar a Eliós, mientras Kibto
fue a buscar la cantimplora para
encerrar a Eliós.
Kratos
desafió a un combate mano a mano contra Eliós, Kratos tiró con la espada de su
padre un rayo dejándolo inconsciente,
Kibto le arrojó la cantimplora y
Kratos lo encerró para siempre.
Zeus
escondió la cantimplora bajo lo más profundo del océano y el Olimpo volvió a
ser como era.
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