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Se decía
que en un pequeño hotel de Londres a la madrugada de los sábados, se escuchaban
susurros, pasos, puertas que se abrían y cerraban fuertemente y un brusco viento
en la habitación 306.
Esa misma noche en el bar, mientras pensaba su
misión, se le acercaron dos chicas, dándole una recomendación, que no se
quedara a dormir en el Hotel Harrinson. Pero Hitler les dijo que no se iba a ir
del pueblo parta saber que era lo que ocurría en la habitación 306.
Llegó al
hotel y pidió el cuarto misterioso, ese momento, el conserje le preguntó si
estaba de acuerdo y si no quería otra habitación. Hitler le dijo que no, que le diera la llave.
Llegó a
la habitación dejó las maletas, en ese instante, cuando se acostó sobre su
cama, escuchó unos fuertes ruidos y pasos en el baño. Cuidadosamente fue hasta
allí, pero no encontró nada más que el baño sucio, húmedo y antiguo. Decidió ir a dormir para relajarse, pero se
dio cuenta que iba a ser una noche larga.
Pasada
las tres de la mañana, un susurro suave y espantoso lo sorprendió, el
crujido de las ventanas lo despertó,
abrió los ojos y asustado salió de la habitación, sin sus maletas, alocado y
corriendo con un fuerte dolor de cabeza confundido por la situación.
Desde ese 31 de agosto, descubrió que en todas partes se esconden esos misterios, en realidad los ruidos que escuchaba resultaban ser del viento.
PROFESORA JUDIT QUIROGA, CUENTO REALISTA.Desde ese 31 de agosto, descubrió que en todas partes se esconden esos misterios, en realidad los ruidos que escuchaba resultaban ser del viento.
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