Todo comenzó en uno de esos días que no encuentras razón de ser. Que te levantas y no puedes explicar tu existir. Como aquella tarde de octubre que ese papel en blanco se presentó ante mis ojos. Me di cuenta de que era una señal y comprendí que con un lápiz, podía expresar en él mis emociones, rabias, alegrías y deseos. Muchos piensan que escribir es una ridiculez pero si entendieran hacia dónde se puede llegar con tan sólo una hoja y un lápiz lo intentarían como lo hice yo esta vez.
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