miércoles, 6 de octubre de 2010

COSAS DE LA VIDA...

Esta historia ocurrió el año pasado, en ese entonces yo no vivía en San Rafael. Creía tener una vida perfecta, sin ningún problema, pero resulta que esto era lo que quería ver, no lo que era en realidad. Hasta que un día mi mamá me sacó la pesada e invisible venda que tenía en mis ojos y me dijo todo lo que pasaba en realidad, ya que consideraba que era suficientemente grande para entender la realidad. Una vez que finalizó, sentí que había pasado toda mi vida dentro de un frasco, y mis padres en un infierno. Eso sí; me dijo que no contara nada, ni a mi mejor amigo.
Al día siguiente tenía que ir a la escuela y fui con la mejor cara posible, pero se ve que a veces no puedo disimular mucho, porque creo que todos se dieron cuenta que no estaba bien.
Charlando con una amiga, no pude mentir y le confesé todo... Era consciente que le estaba fallando a mi vieja, pero sentía que se lo tenía que decir a alguien para aliviarme. Luego de contar todo, veo que los ojos de mi amiga estaban llorosos; entonces le pregunté qué le pasaba. Luego de un pausado silencio, ella me contó que le había ocurrido exactamente lo mismo, unos meses antes. Al principio creí que me dijo eso para compartir el dolor; pero resultó ser cierto. Gracias a esto, nuestra amistad se hizo muy fuerte.
Al final, entendí que en ciertas ocasiones es mejor contar las cosas que nos suceden para aliviarse y comprender que no soy ni el primero, ni el último (desgraciadamente) al que le sucede esto y que a veces tienes que ponerte en el lugar del otro y entenderlo, para juzgarlo antes.

GARCÍA GERMAN

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