jueves, 7 de octubre de 2010

LA BELLA NIÑA Micaela González


¡Qué paradoja la vida es tan bella, dulce, triste y amarga, tantas emociones juntas... para un solo corazón! Así comienza el diario de una bella niña, siempre cuestionándose si podíamos encontrar cada día algo bueno, sin darse cuenta de que lo más nuevo y bello que podía encontrar estaba frente de sus ojos, era muy pensativa y silenciosa.
Tenía una bella familia. Todo el tiempo estaban juntos, su madre muy sonriente siempre la acompañaba, la ayudaba y escuchaba, Su padre un hombre trabajador, serio y responsable. Sus hermanos guapos y muy cariñosos. Era casi una familia perfecta. No había domingo que no se juntaran a almorzar, si alguno decaía estaban todos para ayudarlo.
Un día, de madrugada, la bella niña despertó con la noticia más triste y angustiosa que sus oídos podían escuchar, la persona que más quería a su lado no iba a estar más.
Ella triste y amargada gritó con un llanto¡¡por qué me pasa esto a mí!!. ¿Por qué a veces a las personas malas le son algunas cosas justas, y a las buenas le son injustas?.
Esta familia casi perfecta no pudo superar dicha pérdida, en vez de unirse para sobrellevar su dolor, la bella niña perdió no sólo lo que más quería sino también se separó de lo que le quedaba.
Y hundida en sus pensamientos ella reclamaba, la vida es un juego de pura diversión, pero no me doy cuenta que no es así, en ésta también hay dolor... ése que a veces tratamos de ocultar, pero deja un vacío y angustia en el corazón... al que sólo lo soltamos cuando estamos solos para no preocupar a los otros.
¿Por qué aparece el dolor? Hoy perdí a mi mamá y también a mi familia por una pelea. Estoy sufriendo mucho para tan corta edad.
Por eso hoy les digo que la vida no sólo es tristeza y llanto. También en ella podemos encontrar alegría. Esa que tal vez nos faltó toda la vida o capaz que la tuvimos y de repente la perdimos. La felicidad es lo más hermoso que alguna vez tuve y perdí, ahora de a poco la voy recuperando...
Ayer me caí, lloré y me lastimaron mucho, tuve que tomar decisiones que una niña de mi edad no tendría que tomar, pero entre todo esto me pude levantar, logré sacar una sonrisa y con el tiempo las lastimaduras fueron sanando.
Un gran consejo le quiere dejar esta bella niña que un día lloró y hoy quiere hablar:


Cuidá lo que tenés sobre todo a tus padres ...

Autor: Gonzalez, Micaela

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