(Segunda parte)
Desde el 1 de noviembre del 2007 el destino nos propuso algo nuevo, Fernanda ya era parte de nuestra vida, que se metió dentro nuestro y que al igual que mis otras hermanas ella tenía algo muy especial, algo que yo valoraba más es mi “mamá”, alguien que comparte conmigo hasta los más pequeños gestos o lo más profundo el “amor”.
Al pasar los días, los meses, es triste de explicar porque fueron años, Fernanda tenía “padres sustitutos” y recordaba a sus hermanos, eran cuatro : dos mujeres y dos hombres, sin embargo por cosas de la vida, ella perdió el contacto con todos ellos. Por razones del destino cada una tiene una historia muy fea y triste.
El año pasado, unos días antes de navidad, Fernanda recibió una llamada en el celular de Mamá, alguien quería o trataba de recordar todo eso tan feo que vivió.
Mamá que con sus abrazos y dulces palabras no podía controlar su llanto, llanto que no tenía explicación.
Mi familia y yo después de un largo rato( no se imaginan cuántos nervios) esperábamos saber por qué Fernanda estaba tan triste. Hasta que nos contó que sus hermanos habían escapado de ese lugar tan feo donde vivían, donde eran maltratados y golpeados, además de muchas cosas feas más.
Una mañana temprano tomaron coraje de escapar de ese infierno, fueron rumbo a Mendoza, en donde pidieron encontrarse con Fernanda, una vez juntos empezaron a contarle partes de sus vidas, por cierto muy diferentes a la de Fernanda, esa historia que ella guardaba en lo más profundo de su corazón.
Cada uno tiene una vida distinta y también destinos muy feos y tristes y están solos por el mundo sin saber a dónde ir, recordando y tratando al mismo tiempo de olvidar cada uno de esos momentos vividos.
A pesar de todo, Fernanda por otro lado, estaba contenta porque sabía que mis padres, mis hermanas y yo estábamos para apoyarla y ayudarla a olvidar todo lo malo que le presenta la vida.
Por eso, ahora le pido a Dios que ilumine el camino de sus pobres hermanos que vagan sin rumbo en el mundo...
Cabrera Mayra
Desde el 1 de noviembre del 2007 el destino nos propuso algo nuevo, Fernanda ya era parte de nuestra vida, que se metió dentro nuestro y que al igual que mis otras hermanas ella tenía algo muy especial, algo que yo valoraba más es mi “mamá”, alguien que comparte conmigo hasta los más pequeños gestos o lo más profundo el “amor”.
Al pasar los días, los meses, es triste de explicar porque fueron años, Fernanda tenía “padres sustitutos” y recordaba a sus hermanos, eran cuatro : dos mujeres y dos hombres, sin embargo por cosas de la vida, ella perdió el contacto con todos ellos. Por razones del destino cada una tiene una historia muy fea y triste.
El año pasado, unos días antes de navidad, Fernanda recibió una llamada en el celular de Mamá, alguien quería o trataba de recordar todo eso tan feo que vivió.
Mamá que con sus abrazos y dulces palabras no podía controlar su llanto, llanto que no tenía explicación.
Mi familia y yo después de un largo rato( no se imaginan cuántos nervios) esperábamos saber por qué Fernanda estaba tan triste. Hasta que nos contó que sus hermanos habían escapado de ese lugar tan feo donde vivían, donde eran maltratados y golpeados, además de muchas cosas feas más.
Una mañana temprano tomaron coraje de escapar de ese infierno, fueron rumbo a Mendoza, en donde pidieron encontrarse con Fernanda, una vez juntos empezaron a contarle partes de sus vidas, por cierto muy diferentes a la de Fernanda, esa historia que ella guardaba en lo más profundo de su corazón.
Cada uno tiene una vida distinta y también destinos muy feos y tristes y están solos por el mundo sin saber a dónde ir, recordando y tratando al mismo tiempo de olvidar cada uno de esos momentos vividos.
A pesar de todo, Fernanda por otro lado, estaba contenta porque sabía que mis padres, mis hermanas y yo estábamos para apoyarla y ayudarla a olvidar todo lo malo que le presenta la vida.
Por eso, ahora le pido a Dios que ilumine el camino de sus pobres hermanos que vagan sin rumbo en el mundo...
Cabrera Mayra
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